miércoles, 12 de marzo de 2014

Robos en los hoteles

Cuando alguna persona me pregunta por el hotel en dónde estuve al volver de algún viaje, siempre quieren saber si es confiable, si tiene caja de seguridad, o simplemente me consultan cómo suelo cuidar mis pertenencias.
Generalmente (por no decir siempre) dejo todas mis pertenencias de más valor en mi valija (documentos, tablet o laptop, cámara) y cierro ésta con candado cada vez que salgo de la habitación. En muchos hoteles tenés que dejar la llave en recepción cuando salís, sólo en dos de los que he estado me permitían llevármela conmigo.
La cuestión es que cuando volvemos de algún paseo o excursión, las camas están hechas, el baño limpio y todo ordenado. Llámenme mal pensada o paranoica, pero al volver al hotel por lo menos chequeo si mi valija tiene el candado puesto aún o si tiene señales de haber sido abierta. En un post anterior puse un video donde se veía claramente que se puede abrir el cierre de una valija con una lapicera y sin tocar el candado, por lo que confirmo que ningún recaudo es suficiente.
Obviamente si nos robaron algo de valor, una cámara, una tablet, dinero o documentación salta a la vista al toque, pero puede que no nos demos cuenta si lo que falta es quizás alguna prenda (en mi caso que no llevo mucho equipaje, sí voy a darme cuenta si me falta, por ejemplo, uno de los dos pantalones que llevo), o algún souvenir pequeño.
El problema es si volvemos y vemos todo revuelto y con claras señales de robo. Acá hay dos opciones: o dejamos mal cerrada la puerta, o abrieron con una llave maestra o con tarjeta magnética. En muchos hoteles en lugar de llave te dan una tarjeta para abrir la puerta de la habitación. Tampoco es un sistema muy seguro ya que el personal de limpieza tiene su propia tarjeta, así como el conserje tiene una tarjeta maestra para todas las habitaciones. Lo bueno de las tarjetas magnéticas es que tienen un sistema de memoria donde queda registrado las últimas veces que se ha abierto la puerta, con qué tarjeta se ha abierto y a quién pertenece esa tarjeta. Aún así, suele pasar que los sistemas de puertas con tarjetas fallan ya que se pueden abrir con cualquier tarjeta que tenga una banda magnética, como en el caso de las puertas de los cajeros automáticos de los bancos: en varios casos he abierto la puerta con mi tarjeta SUBE de transporte.
Todo esto no sirve de mucho si el hotel no se hace cargo del robo, a menos que te lo hayan robado de la caja de seguridad que ellos te ofrecen o los lockers, o si hay pruebas contundentes de que lo haya robado personal del hotel.

Acá hay un ejemplo de lo que la ley exige a los hoteles. Como verán (copio y pego este pedacito):

"En resumen, para liberarse de responsabilidad, el hotelero deberá demostrar uno de los siguientes supuestos[3] (i) culpa del viajero (ii) fuerza mayor o (iii) que se trata de objetos de gran valor por los cuales el hotelero no debe responder en el supuesto que no hubieran sido exhibidos y advertido su valor al hotel."

Como verán, según el punto i) al hotel lo que más le conviene es decir que la culpa es del viajero, que dejó mal cerrada la puerta, que no cerró con llave, o que no le dió la llave en la mano al de la recepción puesto que muchos turistas dejan apoyada la llave en el mostrador y se van y no se aseguran que la persona que atiende el mostrador tomó las llaves para ponerlas en su lugar.
El punto iii) deja en claro que uno debe declarar los objetos de valor que lleva, de hecho en algunos hoteles te hace firmar un formulario donde debes detallar todos los objetos que considerás de mucho valor. No nos cuesta nada hacerlo, y es una medida de seguridad para nosotros y para ellos, ya que cualquiera puede decir que nos robaron una laptop carísima, una cámara super profesional y un anillo de diamantes que traje al viaje, cuando no es verdad. Por supuesto, para objetos cotidiano y de menos valor, no sirve de nada la denuncia de robo ya que además de ser difícil de probar que eso estaba en la habitación, nadie va a hacer una declaración jurada de cuántos calzones llevaba en su equipaje.
Si llevamos una suma de dinero importante, también tenemos que consultar si el hotel tiene algún límite con respecto a el valor de lo que depositemos en la caja de seguridad, me imagino que no se querrán hacer cargo de una suma de 500.000 dólares que ganamos en el casino, por más que lo declaremos. Muchos hoteles tienen  un límite superior de lo que deben pagar como indemnización.

Un caso raro de robo, que he visto muchos comentarios al respecto en el sitio Trip Advisor en un hotel de la Isla de Pascua, es cuando entran a robar mientras vos estás ahí, en la habitación, ya sea bañándote o durmiendo. Si bien parece raro, qué sé yo, uno se imagina la situación y piensa que se va a despertar si entra alguien a la habitación de noche, más que raro me parece bastante peligroso. Si alguien entra, no sólo puede robarnos sino que también puede hacernos lo que quiera. Qué pasa si me despierto de golpe y veo que hay alguien, lo increpo, o grito, y el ladrón se asusta y por miedo a que lo podamos reconocer nos lastima?
En fin, para estos casos creo que lo más simple es conseguir una traba portátil para puertas, de esas que se cierran por dentro y no permiten que la puerta se abra ni con llave ni con tarjeta. Generalmente se utilizan para que los niños o bebés no puedan abrir las puertas.



Para concluir, y de paso para no echarle la culpa sólo a los hoteles, acá les paso una lista de los objetos más robados propios de los hoteles. Los turistas también roban.

-toallas y toallones: especialmente si tienen el logo de un hotel caro.
-pilas del control remoto del TV (mirá que hay que ser rata...)
-bombitas de luz (increíble!!!)
-jarrones, ceniceros, jaboneras
-perchas
-bebidas del minibar (se toman el contenido y lo rellenan con cualquier otro líquido)
-cubiertos, vajilla pequeña
-almohadas
-secador de pelo
-toalleros o percheros para toallas (los desatornillan de la pared)
-cuadros pequeños
-sábanas o fundas de almohadas
-cortinas
-los pequeños estantes del botiquín del baño (cómo se les ocurre robar eso????)
-menú del restaurant o del bar