Empecemos por orden de aparición:
-Declaración objetos Aduana: Una de las cosas que iba a comentar y que quedó como tarea de un post anterior es el tema de la declaración de objetos en el mostrador de Afip en Ezeiza. Yo llevé impreso el formulario 121 donde figuraban mi tablet, mi cámara compacta y mi cámara nueva. La fila de gente era aproximadamente de 15 personas y había dos solamente atendiendo el mostrador. La fila avanza lento, pero el trámite en sí no es tan largo. Algunas personas se demoran porque completan el formulario ahí, y otras así como se acercan al mostrador salen rápido ya que les dicen que tal o cual objeto no es necesario declararlo. A mucha gente que llevaba valijas grandes les decían que primero las despachen y luego hagan el trámite de declaración de objetos. Calculo que habré estado 30 o 35 minutos parada esperando. Cuando me llegó el turno, el hombre simplemente chequeó los objetos, los números de serie que yo había anotado en el formulario, y me aclaró que las cámaras se declaran sólo si son de 16mp o más. Igualmente se quedó con una copia del formulario y la otra la selló y me dijo que la guarde por si me la pedían a la vuelta. Listo el pollo. A la vuelta nadie me pidió nada, simplemente pasó sin pena ni gloria mi bolso y mi valija por el escáner. Acorde a la ley de Murphy, seguramente si no imprimía el formulario me paraban por la cámara y me hacían pagar. Seguro!!!
-Agencia: Volví a contratar a Falabella Viajes, y otra vez cumplieron con todo. Me saco el sombrero. Este comentario lo hago no para publicitar una agencia de viajes sino para todos aquellos que alguna vez hayan visto promociones de viajes de Falabella y no hayan querido contratar paquetes por desconfianza o temor, sepan que las dos veces que viajé con ellos han cumplido con todo.
-App de Turkish Airlines: Intenté utilizar la App de Turkish Airlines que descargué pero me fue imposible. Cuando quise hacer el check in desde ahí, me aparecía un cartel en idioma turco, a pesar que la aplicación está en inglés, diciendo vaya uno a saber qué cosa, así que no hubo caso. Finalmente el check in del primer vuelo lo hice en los "kioskitos" del check in que están en el aeropuerto (justamente frente al mostrador de la Afip, digamos cruzando todo el hall, hay unos), y ahí pude imprimir la tarjeta de embarque de ambos vuelos BsAs-Estambul y Estambul-Amman. Cuando quise hacerlo desde casa, me aparecía sólo el boarding pass del primer vuelo, pero en el aeropuerto aparecían los dos. Como resumen: la app de Turkish no me sirvió. En cambio, el sistema de kiosko para check in me pareció buenísimo, fácil de usar, rápido y cómodo. Eso sí, están ubicados a modo de círculo, y en algunos aparecen algunas aerolíneas y en otros aparecen otras. Yo no sé si es que van rotando en la pantalla, pero el primero que agarré no tenía la opción para Turkish Airlines, así que me pasé al de al lado que sí la tenía.
-Una vez impresos mis boarding pass, fui directo al control de pasaporte y de ahí al freeshop. No despaché valija porque llevo una pequeña, así que me mandé directamente.
-Check in: Con respecto al check in de la vuelta, al volver de Jordania quise imprimir el boarding pass del vuelo Aman-Estambul online y me aparecía un cartel que decía que ese primer tramo de mi viaje no estaba disponible para hacerlo online, pero era como que me daba a entender que en ese aeropuerto no se podía hacer. No me dí cuenta de hacer captura de pantalla para mostrárselos. Así que tuve que imprimir las tarjetas de embarque de ambos vuelos de vuelta en el mostrador del Aeropuerto de Jordania.
-Visado: Con respecto a la documentación para entrar a Jordania, zafé de pagar el visado. Al llegar al aeropuerto me estaba esperando Mohammed, de la agencia operadora con un papel autorizando mi ingreso con una visa visitante. Me dijo que estaban haciendo ese trámite ellos con pasajeros que hubieran contratado agencias de viaje, digamos que si entraba al país por mi cuenta, iba a tener que pagar la visa (que son U$S60). Una pena no haberlo sabido antes porque cuando me bajé en Estambul cambié dólares a dinares jordanos (compré 100 dinares jordanos) como para poder pagar el visado con eso. Lógicamente perdí dinero en esa transacción, y luego tuve que hacer un sacrificio y gastarlo en el freeshop (je je je) porque obvio que no iba a volver a pasar esos dinares a dólares, ni me iba a traer dinares a la Argentina.
-Moneda: Una cosa que me llamó la atención es que no me querían aceptar en los aeropuertos dólares viejos, y cuando digo "viejos" no me refiero a que el papel esté estropeado, sino al número de serie. Menos mal que llevaba varios billetes nuevos...Allá en Jordania me manejé con dólares (y los dinares que tenía) y me los aceptaron sin problemas en todos lados, incluso las tienditas de artesanías en medio del desierto.
-Vacunas: En cuanto a las vacunas, yo había leído que los argentinos no necesitábamos, pero tres semanas antes de viajar, la chica que me vendió el paquete me pasó un mail diciendo que la página del consulado no estaba actualizada y que por las dudas me la aplique. Tuve que salir de apuro a Huergo 690 a aplicármela, y resulta que al final no la necesitaba. En fin, me quedará el certificado de vacunación para algún próximo viaje, total dura 10 años.
-Vuelos: Los vuelos fueron muy tranquilos, todos por Turkish Airlines. Confirmé la duda que me quedó el año pasado cuando volé a Turquía, que pasan varias horas sin servir comida en el vuelo y luego te la sirven toda junta. Por suerte el dramamine pega fuerte y dormí bastante durante los vuelos, así que no me dí cuenta que tenía hambre. Eso sí, cada vez que servían la comida empezaba la turbulencia. Hubo 3 comidas por vuelo (los de Bs As-Estambul y Estambul-BsAs), una al principio y dos al final del vuelo, y en cada una de ellas hubo turbulencia. La ley de Murphy nunca falla.
-Gracias a Dios y a todos los santos que en todos los vuelos me tocó el asiento del medio libre, así que tanto el pasajero del pasillo como yo pudimos acomodarnos un poco mejor.
Aeropuertos:
-El aeropuerto de Estambul es gigante, ya lo había comentado el año pasado, pero me sentía como en casa. Es una locura de gente, pero está bien señalizado (y se los dice una persona despistada que va caminando por la calle como los caballos cuando les ponen las orejeras para que no miren para el costado). Algo a lo que no había prestado atención antes, es que en los carteles que señalizan las puertas de embarque, figura también el tiempo en minutos que uno tardaría en llegar a pie a dicha puerta desde donde estás parado, jaja, totalmente adecuado para los que se quedan paveando en el freeshop (me hablaban??).
En este aeropuerto los precios figuran en euros.
-El aeropuerto de Amman es más chico, pero nuevo, prolijo y ordenado. No ví tanta gente tirada en el piso durmiendo con bolsas de dormir como en el de Estambul.
En este aeropuerto los precios figuran en dinares jordanos (o sea, 1,5 dólares o un poquito más).
-Compré muchas cosas en el aeropuerto de Ezeiza, antes de partir y las dejé en el Duty Free Locker para retirarlas a la vuelta. Me pasé de los U$S300 permitidos, pero nadie me dijo nada cuando retiré las cosas, ni cuando pasé por el escaner ni nada. Genial! Muchas de las cosas que compré no eran para mí, sino que me habían dado el dinero para encargarme algunos perfumes y cosméticos.
Compré tambien algunas cositas como chocolates y cosas ricas regionales en el aeropuerto de Estambul, y en el de Amman. Me sentía un equeco, pero logré meter muchas cosas en la valija que no la tenía muy llena, así que ahí tienen un motivo más para viajar livianos...
-Cuando entré al aeropuerto de Amman, en el escaner la chica que controlaba el monitor vio algo que le llamó la atención en mi valija, así que uno de los guardias se encargó de revisarla toda. Y cuando digo "toda" me refiero a abrir cada uno de los bolsitos que llevaba adentro, desenrrollar la ropa, vaciar necesers, etc. No sé qué habrá visto esta mujer en el escáner, pero como el guardia no encontró nada raro, me pidió disculpas y me ayudó a guardar todo (que por supuesto lo guardó como el traste por lo que luego mientras esperaba en la puerta de embarque me tuve que poner a acomodar todo otra vez). Perdí como 30 minutos en ese cacheo, menos mal que no estaba apurada. Encima cada objeto que agarraba me preguntaba para qué servía: primero agarró la mini planchita de pelo (es muy pequeña y la llevo porque en las fotos no me gusta salir con la cabeza como un león con frizz), luego agarró una rasuradora que había comprado allá, esas femeninas con mango que se les cambian los repuestos... y también me preguntó para qué servía. Dios mío, menos mal que no tengo un consolador/dildo en la valija sino me hubiera hecho pasar un papelón de aquellos!!!
FIN DE LA PARTE I
Faltan algunos detalles pero lo dejo para el próximo post, así éste no se hace eterno.
