jueves, 23 de octubre de 2014

Los sí y los no de mi último viaje

Qué puedo decir... el viaje a Turquía quedará en mi memoria como uno de los más lindos. La pasé genial, nada salió mal ni fuera de lo planeado, por  el contrario, cada cosa que ocurría era una sorpresa que contribuía a mejorar el viaje.
La idea es hablar del equipaje en este post, de revisar la lista de viaje y ver si todo lo que me llevé me sirvió. Siempre al volver de un viaje chequeo la lista nuevamente,  tacho lo que no usé y anoto todo aquello que extrañé. Intento hacerme algunas aclaraciones en un costadito como para saber por qué ciertas cosas las llevé al pedo y por qué a otras las eché de menos, porque no todos los viajes son iguales, lo que no sirve en un destino, sí puede ser muy útil en otro.
Veamos:

LO LLEVÉ A PASEAR EN LA VALIJA Y NO USÉ

-Afortunadamente no son muchos los ítems (voy aprendiendo, esa es la idea). Como les había contado, el paquete incluía hoteles 5 estrella. Yo no lo hubiera elegido así, pero venía todo el pack junto, y no se podía cambiar (igualmente me encantó, juro que siempre pensé que jamás iba a poder hospedarme en un hotel 5 estrellas, más que todo porque no lo considero necesario y tampoco están las cosas como para tirar manteca al techo acá en la Argentina). Como la cena la tenía incluida, llevé algo de ropa "decente" para no parecer Indiana Jones en el restaurant del hotel, así que puse un par de blusitas lindas livianas, unas chatitas negras todo terreno, y un saquito de hilo ya que las blusitas eran de manga corta, y los otros abrigos que tenía eran una camperita tipo buzo para las excursiones que no solo desentonaba con las blusitas decentes sino que era lo único que tenía para abrigarme y usar TODOS LOS DÍAS. Ese saquito de hilo, nunca lo usé. Creo que no había manera de saberlo de antemano, yo supuse que quizás en el hotel el aire acondicionado iba a estar más fuerte en las áreas comunes, así que aunque dudé bastante, lo llevé.  La idea es: "si dudás, no lo lleves", pero preferí pensar al revés, y suponer que  iba a hacer frío, y que iba a necesitarlo. Tampoco ocupaba taaaaaaanto espacio, pero es un peso extra.
-tampoco usé una de las remeras que llevé. Había llevado 3 remeras de manga corta y una de manga tres cuartos que la llevé puesta en el avión. Una de las remeritas no la usé, pero no me parece mal tener una remera de más por las dudas, qué sé yo, quizás me mancho con algo (no sería extraño), o me tengo que cambiar de apuro. Igualmente, para la próxima chequearé mejor las cantidades.
-Crocs: las llevo más que todo para la ducha, porque no me gusta pisar el piso de la ducha o bañera descalza, y de paso para descansar los pies de estar todo el día con el calzado de trekking. En los hoteles te daban pantuflas y también unas ojotas descartables, esas que se suelen usar en las peluquerías cuando las mujeres se van a hacer los pies, así que utilicé esas para ducharme. En algunos hoteles estaban en la habitación, y en otros en la pileta.
Cada cosa por separado no ocupa mucho espacio, pero si sumamos crocs-remera-saquito de hilo, tenemos al menos 400 grs, no?
-el cargador de batería portátil: no lo tuve que usar de casualidad. Yo había chequeado cómo eran los enchufes y tomas en Turquía, y aparecía esto:






O sea, yo ví dos patitas cilíndricas en el enchufe, y dos agujeritos en la pared. Pero como soy medio tarada, no me dí cuenta que, como se ve en la última imagen, el toma en la pared está hundido, digamos, empotrado en la pared, por lo que el adaptador o triple que me había llevado chocaba con los bordes al ras de la pared y no llegaban a entrar las patitas cilíndricas. En TODOS los hoteles eran así. Menos mal que desarmé el cargador de la cámara de fotos el cual consta de dos partes, un bodoque enorme para cargar la batería y un mini adaptador que en este caso me servía y me salvó la vida.
Era así:

Me salvaste, chiquitín!!!
 Moraleja: si viajan a Turquía, llévense algo como esto, y asegúrense que todo lo que quieran cargar se adapte.
En fin, estaba diciendo que la batería portátil no la tuve que usar. Me preocupaba más la cámara, agotaba por día dos baterías, pero me alcanzaban durante las excursiones y por la noche las volvía a recargar en el hotel.


LO QUE EXTRAÑÉ HORRORES

-Hasta último momento estuve analizando la posibilidad de llevar el termo y el calentador de agua. Cuando ví por internet las fotos de los hoteles, en las habitaciones había una jarra térmica para poder calentar agua para té o mate, por lo cual decidí no llevar el termo para ahorrar peso y espacio (es de medio litro, un mini termo bala de acero). En el primer hotel donde estuve, había jarra, me tomé unos mates, mirando el mar Egeo por la ventana, y lo disfruté mucho. No soy de las que andan con un termo abajo del brazo todo el día, pero sí me gusta por la noche, ya bañada y relajada de todo el día, tomarme un té o unos mates, y más con esas vistas impresionantes que tenía desde la habitación.
El segundo hotel, no tenía jarra, por ende, no tenía dónde calentar ni con qué. Lógicamente me aguanté, quizás en el próximo hotel sí tengan jarra.
El tercer hotel, sí tenía jarra, pero los 4 siguientes no. Conclusión: llevar siempre termo. Lo extrañé horrores. No sólo eso, sino que encima la yerba que me había llevado la tuve que descartar allá (la idea era consumirla toda, era un paquetito de 250grs apenas), digamos que también la llevé a pasear, ya son 5 ítems.
Mi miedo en realidad era sumar peso, pero como había hecho el check in online y había impreso mi tarjeta de embarque, tanto acá como en Estambul, ni siquiera pasé por el mostrador donde te hacen el check in y te pesan la valija, así que entré directamente. Desde un principio mi plan era hacer eso, pero no me quería arriesgar por las dudas que no pudiera imprimir la tarjeta de embarque desde allá, cosa que casi casi sucede. No me gusta despachar equipaje, y menos a la vuelta donde tenía un vuelo de conexión Ankara-Estambul y Estambul-Buenos Aires, y tenía poco tiempo para esperar que me entregaran la valija (y ahora que recuerdo, entre los dos vuelos que debía tomar ese día, había como 5 kilómetros de aeropuerto de por medio, sin contar el control de pasaporte, y por supuesto, la chusmeada en el freeshop).
La próxima vez me llevo el termo y me voy descalza si es necesario para viajar más liviana...

Bueno, haciendo un balance, no hubo muchas cosas que extrañé, bien ahí.
Con respecto a lo que llevé de más...no sé... el cargador portátil no lo usé, pero podría haberlo necesitado si hubiera sacado más fotos, o si no podía cargar los portátiles en el hotel.
En cuanto al saquito... no creo volver a hospedarme en un hotel 5 estrellas, y mucho menos optar por tener media pensión (cena). Sinceramente me molestaba llegar de la excursión tipo 5 o 6 pm, bañarme, arreglarme y bajar a cenar. Lo hice un par de días sí, y un par de dias no, como para aprovechar que ya lo tenía incluido, así que si no hay media pensión, no hay necesidad de llevar un par de blusitas decentes o un saquito. Disfraz de Indiana Jones tiempo completo entonces!!!

Peso de la valija a la ida: 6,5 kgs
Peso de la valija a la vuelta: 7,5 kgs (cómo suman los souvenirs y cosas ricas que uno se trae, menos mal que lo que compré en el freeshop de Ezeiza lo dejé en los lockers y lo retiré a la vuelta!!!)
Peso de la cartera de mano a la vuelta: no la pesé ni a la ida ni a la vuelta, pero supongo que por cómo me quedó el hombro, igualaba el peso de la valija  :-p











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