jueves, 5 de marzo de 2015

El gato en la valija

No, no puse al gato en la valija, sólo quise llamar la atención con un título bizarro, aunque de todos modos voy a hablar del tema.
Después de unas merecidas vacaciones en la costa, he vuelto y voy a intentar ponerme al día con los posts. En el día de hoy, les armé unos tips para aquellas personas que como yo tienen un gato de mascota, y tienen que llevarlo con uds. Por supuesto, estoy hablando de un viaje donde puedan ir en auto, por ejemplo.
Es sabido que los gatos no se llevan tan bien con los viajes o paseos como los perros, por eso quiero contarles mi experiencia de este verano.
Generalmente dejo a mi gata en casa cuando me voy a la costa con mi novio y le digo a mi mamá que venga a darle de comer día por medio. Muchas veces el veterinario me dijo que es preferible hacer esto para dejar al animalito en su propio ambiente, y no estresarlo sacándolo de su casa y trasladándolo a otro lugar. Este año mi mamá se fue de vacaciones en la misma quincena que yo, por lo cual, no me podía venir a cuidar a Benita (así se llama mi gata). Menos mal que alquilamos un departamento en la costa, porque si íbamos a un hotel no sé que hacía. No tenía a nadie más de confianza para dejarle la llave de mi casa, y aquellos en quien confiaba vivían lejos, trabajan más lejos aún, tienen los tiempos muy ajustados con sus hijos, o también estaban de vacaciones. En resumen, sí o sí tenía que traer a la gata conmigo, dejarla en una veterinaria 15 días dentro de una jaula rodeada de desconocidos no era una opción.

La susodicha
 Luego de luchar un rato para meterla en su caja transportadora (Benita no es muy grande en tamaño, pero cuando querés meterla en su jaula tiene la fuerza de un puma) la subimos al auto y partimos primero hacia Miramar. Si bien el primer día estaba bastante quietita en una de las habitaciones de la casa que alquilamos, el resto de la semana se adaptó bastante bien, y hasta diría que le gustó, porque tenía un patio con un mini jardín (cosa que en mi casa no hay).

Incluso la saqué a pastar a la puerta

De Miramar partimos hacia Mar de ajó por otra semana, y aquí vino la cuestión. Otra vez a la jaula, al auto, y a la ruta a Mar de ajó. Llegando a la altura de Mar Chiquita, la ruta estaba cortada por un accidente de tránsito con un par de muertos  (click aquí si quieren leer la noticia), así que decidimos quedarnos en Mar Chiquita un rato hasta que se despejara todo. No hay mucho que hacer ahí, por lo que dimos una vuelta con el auto, comimos un pancho, y volvimos a la ruta a preguntarle a los policías si tenían noticias sobre el accidente. Los policías nos dijeron que seguramente el corte iba a durar unas horas, que cualquier cosa nos desviáramos por Mar del Plata, lo cual implicaba hacer unos cuantos kms más.
Finalmente decidimos esperar ahí, dejamos el auto bajo un árbol cerca de la entrada a Mar Chiquita y sacamos las reposeras y el mate improvisando un pic nic.
Mi preocupación era Benita, ya que desde que salimos de Miramar tipo 12 del mediodía estaba dentro del auto en una caja transportadora, muerta de calor, a los gritos pelados. Agradezco a todos los santos haber decidido llevar el arnés con la correa, que me vino de regalo con la caja. Así que la saqué de ahí, le puse el arnés, y nos quedamos en el pasto al lado del auto. Esto creo que le salvó la vida a mi pobre gata, obviamente no hubiera podido sacarla de la jaula sin el arnés y tenerla suelta. La hubiera tenido que liberar de la jaula pero dejarla dentro del auto, no sé. Así que aproveché a darle agua y algo de comida. Finalmente el corte de ruta duró como 5 horas, pero para esa altura, Benita estaba sentada tranquilamente en el pasto, al lado de mi reposera, mirando todo lo que nunca había visto en su vida porque vive en un sexto piso de un departamento en Buenos Aires.



Entonces, para dar algunos consejos en cuanto a MI experiencia, porque no es la primera vez que la traigo a la costa (vino un par de veces con nosotros a pasar Año Nuevo en Mar de ajó también) debo decirles:

-Sólo en el primer viaje que hicimos con la gata la sedamos. En la veterinaria te dan unas gotitas para sedar a la mascota y poder meterla en la caja transportadora. Sinceramente a mí no me resultó. Primero, porque cuesta más darle las gotas al gato que meterlo en la jaula, y encima corrés el riesgo de apretar de más el gotero y que se te vaya un chorro de sedante dentro de la boca del bicho y causarle una sobredosis.
Segundo, llega muy dopada,  con los ojos en blanco, y se puede hacer pis encima dentro de la jaula, y eso que le doy bastante menor cantidad que la que debería darle para su peso.
La segunda vez que viajamos no le dí el sedante y salió todo bien. No le gusta viajar, obvio, y de vez en cuando chilla en el auto, pero cuando le hablás o le metés los dedos para acariciarla por la reja de la caja se calma. Obviamente, esto le pasa a mi gata, no son todos iguales, y en muchos casos supongo que es preferible sedar al animal para que no la pase mal si está muy nervioso.
-El tema del arnés y la correa es indispensable para mí, pero ténganlo en cuenta uds también en caso que tengan que sacarlo de la jaula por algún motivo antes de llegar a destino. Tengo una pareja amiga cuyo gato se despachó con una terrible diarrea en la caja tranportadora, dentro del auto. Lógicamente, se dieron cuenta por el olor. Mi amigo paró en una estación de servicio y ella bajó para lavar al gato y la caja. Pidieron usar una canilla que había afuera, en una pared de la estación de servicio, así que se pusieron a lavar al pobre gato (con agua fría, no iban a pretender que saliera agua caliente de la pared), todo cagado así como estaba, a los gritos y salpicando agua con mierda para todos lados. La escena debe haber sido dantesca. En fin, lavado el gato y lavada la caja, siguieron en el auto su camino. Ella me dijo que hubiera deseado tener una correa para no tener que llevarlo a upa hasta la canilla y poder sujetarlo mejor. En fin. Cosas que pasan.
-Siempre lleven en el auto (para el caso de otro tipo de mascotas también) agua en una botellita y algo de comida o trocitos secos, por las dudas que el viaje les tome más tiempo del que habían estipulado, y tengan a mano sus platos o comederos (el gato no entiende que le querés dar agua del pico de la botella y arma un escándalo terrible porque piensa que lo querés ahogar o bañar con agua mineral).
-Corten las uñas de las mascotas apenas un poquito. En el caso de los gatos, es apenas la puntita de la uña, dos milímetros, no más. Esto va a ayudar a que no se les enganche tanto en la ropa si lo tienen que sujetar, que no nos lastimen tanto, y que no destroce el tapizado del auto si lo tienen que soltar adentro. En el caso de los perros, nunca tuve perro, pero supongo que los llevan a la veterinaria y ahí les hacen una buena manicura.
-Si el viaje es muy largo, digamos que van a parar un par de veces a estirar las piernas o a descansar al lado del camino, traten de sacarlos de la jaula con el arnés y la correa. El procedimiento es así: se pasan al asiento de atrás donde está la caja transportadora (con el auto detenido, se entiende), cierran el auto, abren la caja, sacan al gato, ponen arnés con correa, salen ambos del auto. No se les ocurra sacar al gato de la caja afuera del auto, por si en una mala maniobra se les escapa y sale corriendo para la ruta. El animal va a agradecer salir a respirar un poco de aire, aún cuando esté medio asustado. Traten de parar en un lugar donde no haya mucha gente ni muchos perros paseando.
-Lleven desde su casa la comida que su mascota suele comer siempre, no le cambien la alimentación en el viaje o la estadía, no vaya a ser que algo les caiga mal y le dé diarrea, o se enfermen. No le den agua de la canilla, lleven agua mineral (la misma que consumen uds en las vacaciones) y no dejen que coma yuyos o plantas raras en el camino.
-Tengan en cuenta que si el viaje es largo, va a necesitar hacer sus necesidades, por lo tanto, mejor que las haga en el pasto que en el auto (sino, pregúntenle a mi amiga).
-Cuando lleguen a destino, tómense el trabajo de buscar, o al menos de preguntar dónde está la veterinaria más cercana. Nunca se sabe si le puede pasar algo a sus mascotas, y es mejor saber dónde debe uno dirigirse en caso de una urgencia.
-Comprueben el estado del arnés y la correa antes de partir. Hagan una prueba, fíjense que le entre al animal (no compren una correa para chihuahua si el gato pesa 20 kilos), vean que sea seguro y que el animal no se pueda zafar. Tiene que ser un arnés que le sujete el cuello y el torso, pero que al tirar de la correa toda la fuerza del tirón vaya al torso, no al cuello del gato. No aten al gato del cuello solamente, no es lo mismo un gato que un perro.

Esto es lo que les digo del arnés. Y sí, la de la sombra soy yo, je je je.

-Háganle mimos o háblenle al gato (a ver... es para que escuche tu voz, no para entablar una conversación). Puede parecer algo tonto, pero la idea es que el animal no sienta que lo metiste en una jaula y lo tiraste en el asiento de atrás de un auto. Tené en cuenta que en la mayoría de los casos, los gatos que viven en un departamento no andan paseando con correa o no andan por los techos, así que lo más probable es que estén asustados porque lo único que conocen del mundo son sus amos y su casa. Sean pacientes.






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